Una viña que pedía ser escuchada
Los primeros años del viñedo Martín Berdugo comenzaron con la venta de uva a otras bodegas. Sin embargo, algo quedó claro desde el principio: la uva tenía alma, concentración, identidad. El potencial que encerraban aquellas tierras junto al Duero merecía una respuesta a su altura. Fue entonces cuando la familia decidió dar un paso adelante: elaborar su propio vino, con el carácter que la tierra les ofrecía y con el respeto que merecía.
Arquitectura funcional al servicio del vino
Anticipando el futuro de una viña excepcional, en el año 2000 se construyó una bodega moderna junto al viñedo. En 2013, un incendio provocado por un rayo destruyó gran parte de ella. La tragedia dio paso a una oportunidad: reconstruir la bodega desde una nueva perspectiva. Así nació el diseño actual, basado en la elaboración por gravedad, un sistema suave y respetuoso que preserva al máximo la calidad de la uva en todo el proceso.
Este enfoque, que evita las bombas y reduce la intervención mecánica, se alinea con la filosofía global de la bodega: menos intervención, más expresión del terruño.
Una historia marcada por la resiliencia
La historia de Martín Berdugo es también la historia de su familia. En 1988, Josefina Martín Berdugo decidió volver a plantar viña en las tierras que su familia había estudiado ya en 1889, antes de que la filoxera truncara los planes. Desde entonces, cada hito ha sido un peldaño hacia la excelencia:
- 1994: Primera cosecha vendida a otras bodegas.
- 2000: Construcción de la primera bodega, galardonada por su diseño.
- 2013: El incendio y la reinvención tecnológica.
- 2020: La viña alcanza la madurez: 30 años que se traducen en complejidad aromática y mineralidad única.
Un equipo que cree en lo que hace
Nada de esto sería posible sin el equipo humano detrás del proyecto. Enólogo, viticultor, técnicos, comercial… todos comparten una visión común: hacer vinos con alma, sin disfraces, con el sello de la tierra y el tiempo.
Viñedo único, vinos inconfundibles
Hoy, las 35 hectáreas de viñedo de Martín Berdugo expresan con autenticidad el carácter de la Ribera del Duero. Ubicadas en una terraza del río, las cepas se benefician de suelos profundos y un clima continental extremo, ideal para la tempranillo, variedad protagonista de sus vinos. La madurez del viñedo permite una lectura más compleja del suelo, lo que se traduce en vinos con personalidad, equilibrio y un inconfundible sabor a origen.
Martín Berdugo: vino con memoria y con futuro
La filosofía de Bodega Martín Berdugo no se entiende sin sus raíces familiares, sin su espíritu resiliente y sin su mirada puesta en el viñedo como origen de todo. Aquí, el tiempo no es enemigo, sino aliado. Aquí, el vino no es producto, sino legado.
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