Vinos de pequeñas denominaciones, grandes triunfos
El Concurso Nacional de Vinos de Pequeñas D.O.’s ha vuelto a demostrar que la calidad no depende del tamaño. Celebrado en el impresionante Parador Nacional del Monasterio de Corias, en Cangas del Narcea (Asturias), este certamen ha reunido a más de 100 vinos procedentes de las 71 pequeñas denominaciones de origen reconocidas en España.
Entre todos los participantes, los vinos canarios y asturianos han sido los grandes vencedores, acumulando 8 Grandes Oros y 32 Oros. Una edición marcada por la diversidad varietal, la recuperación de cepas autóctonas y el reconocimiento al esfuerzo de bodegas en regiones menos mediáticas pero de gran valor enológico.
Canarias: tradición volcánica que conquista
Con 15 galardones, las Islas Canarias han sido las más premiadas. El gran protagonista ha sido el Viña Frontera Tinto Dulce de la D.O. El Hierro, con 96 puntos, coronándose como el mejor vino del certamen. También han destacado el Papaino (Fuerteventura) y el Marba Blanco Barrica (Tacoronte-Acentejo), dos vinos elaborados exclusivamente con variedades locales y producciones muy limitadas.
Asturias: orgullo vitivinícola desde la montaña
Asturias ha aprovechado su papel como anfitriona para destacar con fuerza. El Verdea Albarín Blanco de TC La Verdea y Villa de Cecos de Adrián Fernández Cerdeira se alzaron con los premios al mejor blanco joven y al mejor tinto, respectivamente. Además, el Martínez Parrondo Premium Albarín Blanco también fue reconocido con un Gran Oro, consolidando a la D.O. Cangas como una joya vinícola del norte peninsular.
Más allá del vino: las Pequeñas D.O.’s como motor rural
Este certamen no solo sirve para premiar la excelencia enológica, sino también para reivindicar el papel esencial de las Pequeñas D.O.’s en la España rural. Su trabajo contribuye a fijar población, prevenir incendios forestales y dinamizar la economía local a través del vino y el enoturismo.
El impulso de estas zonas es vital para conservar el patrimonio vitivinícola nacional y fomentar modelos agrícolas sostenibles que, además de producir vinos excepcionales, mantienen vivos los paisajes y tradiciones.