Una edición muy especial del certamen vinícola más influyente
El Concurso Mundial de Bruselas vuelve a ser noticia este 2025 con una de sus ediciones más esperadas: la que se celebrará la próxima semana en Yinchuan, China, uno de los epicentros emergentes del vino asiático. Este certamen, considerado uno de los más rigurosos e influyentes del mundo, reúne a centenares de expertos que catan a ciegas miles de vinos procedentes de todo el planeta.
Como pequeño apunte personal, formaré parte del jurado profesional, representando a España entre sumilleres, enólogos y comunicadores de distintos países. Pero vayamos a lo importante: ¿por qué es tan relevante este concurso y qué tiene de especial la edición en China?
¿Qué es el Concurso Mundial de Bruselas?
Nacido en 1994, el Concours Mondial de Bruxelles (CMB) es mucho más que una simple competición. Se ha convertido en una referencia global que evalúa la calidad de los vinos a través de un sistema objetivo, independiente y altamente reconocido por el sector.
Cada año, más de 10.000 vinos son analizados en diferentes etapas temáticas (espumosos, tintos, blancos, rosados, etc.), y sólo los más destacados consiguen una de las codiciadas medallas (oro, plata o gran oro). Para muchas bodegas, obtener una distinción en el Concurso Mundial de Bruselas puede marcar un antes y un después en visibilidad y ventas internacionales.
China, sede estratégica para la edición 2025
Que una de las fases del Concurso Mundial de Bruselas se celebre en China no es casualidad. El país asiático ha multiplicado su interés por el vino en la última década, tanto en consumo como en producción, y ya figura entre los mercados más dinámicos del sector.
La ciudad de Yinchuan, en la región de Ningxia, ha sido elegida como sede por su papel creciente como región vitivinícola y por su apuesta por la calidad. Acoger un evento de esta magnitud no solo pone el foco en los vinos chinos, sino también en la internacionalización y el diálogo cultural que promueve el certamen.
¿Cómo se catan los vinos en el Concurso Mundial de Bruselas?
Una de las claves de la credibilidad del CMB es su metodología de cata a ciegas, realizada por un jurado diverso y cualificado. Se analiza cada vino sin saber su procedencia, marca ni precio, valorando:
- Limpidez y aspecto visual
- Intensidad y calidad aromática
- Equilibrio y estructura en boca
- Persistencia y complejidad
- Potencial de guarda, entre otros
Las puntuaciones se procesan de forma anónima y objetiva, y los vinos premiados reciben un sello de excelencia internacional que las bodegas pueden usar en sus etiquetas y comunicación.
España: presencia y prestigio
España es uno de los países con mayor representación tanto en participación como en el palmarés del Concurso Mundial de Bruselas. Las distintas denominaciones de origen españolas han conseguido año tras año colocar vinos entre los mejor valorados del mundo.
La edición 2025 no será la excepción. Se espera una notable participación de bodegas españolas, y también de jurados y expertos nacionales, lo que confirma la fortaleza del sector vinícola español en el escenario global.
Más que un concurso: reputación y oportunidad
Participar (y sobre todo ganar) en el Concurso Mundial de Bruselas supone una oportunidad para posicionar un vino en los mercados internacionales, mejorar su prestigio, e incluso abrir puertas a la exportación.
Las medallas del CMB tienen un gran peso porque están respaldadas por un sistema de evaluación serio, transparente y respetado. Además, el hecho de rotar las sedes cada año permite acercar el vino a nuevas culturas y públicos, como está ocurriendo ahora con China.
El vino como puente entre culturas
El Concurso Mundial de Bruselas no es solo una competición, sino un espacio donde el vino se convierte en embajador de territorios, historias y personas. Ediciones como la de este 2025 en China demuestran que el vino sigue siendo una herramienta de conexión global, capaz de generar conversación y admiración desde cualquier rincón del mundo.
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