
En el paisaje vitivinícola de la Ribera del Duero Burgalesa, Bodegas López Cristóbal se ha consolidado como un nombre imprescindible, reflejo de la tradición familiar, la identidad del territorio y una firme apuesta por la sostenibilidad y la innovación. Galo López Cristóbal nos abre las puertas de su historia, su presente y sus sueños para el futuro del vino en Burgos.
Orígenes familiares y la pasión por el vino
Galo López Cristóbal nos explica que el nombre de la bodega surge de los apellidos de su familia, ambos de Roa, Burgos.
En sus inicios, la familia se dedicaba a la agricultura tradicional, pero con la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero, la viticultura fue ganando terreno hasta fundar su propia bodega en 1994.
«Hoy en día vivimos por y para el vino. Ha sido muy bonito —y duro— ver cómo nuestra finca agrícola se transformaba en una bodega con edificios singulares, pero siempre respetando lo más importante: nuestras 80 hectáreas de viñedo.»
La importancia de expresar el territorio
La autenticidad es la clave:
«Nuestro compromiso es hacer un Ribera del Duero auténtico y puro. Es la única manera de defendernos ante la globalización: que quien pruebe nuestros vinos vea que representan perfectamente a la zona.»
La conexión con el entorno rural también es fundamental:
«Nuestra familia, nuestros trabajadores, todos somos gente de aquí. No solo elaboramos vino, también apostamos por el desarrollo del pueblo y de toda la zona. Somos una gran familia que trabaja junta por un futuro mejor.»
Innovación y sostenibilidad para afrontar el futuro
Desde hace años, Bodegas López Cristóbal aplica ciencia y tecnología para intervenir lo menos posible en el proceso natural:
«Cuanto más conoces los procesos, más fácil es hacer un vino natural, sin necesidad de añadir nada.»
El cambio climático ha obligado a adelantar vendimias y a utilizar herramientas como algoritmos para determinar el punto óptimo de recogida. También exploran nuevas variedades como la garnacha para aportar frescura a los vinos.
En cuanto a la sostenibilidad:
«Trabajamos en ecológico desde hace años. En 2025 nuestros vinos ya saldrán certificados como ecológicos. Para nosotros, la sostenibilidad no es una moda, es un compromiso a largo plazo que beneficiará a toda la sociedad.»
El momento actual del vino en Burgos
Galo reconoce que la bajada del consumo es el gran desafío:
«Aunque la Ribera del Duero vive un momento dulce, el gran reto es enganchar a las nuevas generaciones, romper la imagen del vino como algo reservado solo para ocasiones especiales.»
Sobre la evolución del sector en Burgos, destaca:
«Hoy hay más profesionalización, más conocimiento, más gente joven incorporándose. Se están haciendo mejores vinos que nunca. Ahora el futuro depende del consumo.»
Sueños de futuro: un referente mundial
Él lo tiene claro:
«Aspiramos a que la Ribera del Duero y Burgos sean un referente mundial, como la Toscana o Burdeos. Para lograrlo, no solo debemos ofrecer buen vino, sino experiencias únicas que hagan que la gente quiera venir, disfrutar y recordar.»
Con pasión, raíces profundas y una visión de futuro sostenible, Bodegas López Cristóbal sigue escribiendo su historia en el corazón de la Ribera del Duero.
Agradecemos a Galo por concedernos esta entrevista y os invitamos a suscribiros a nuestro blog para no perderos ninguna noticia del mundo del vino.